La educación de antes y la de ahora

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Lo que se enseñaba hace 50 años, en época de la Sociedad Industrial, tenía la finalidad de hacer que los niños y niñas salieran del colegio preparados para una profesión, para un trabajo, pero hoy en día necesitamos trabajar la creatividad, la especialidad de cada uno, para que así puedan dedicarse a un ámbito que realmente les motive y que sea útil para su vida profesional en el futuro.

Esto ocurre no solo porque antiguamente se vivía en una sociedad industrial en vía de desarrollo, hoy en día vivimos en una era de auge tecnológico, en la que son necesarios otro tipo de conocimientos para insertarnos como individuos en esta sociedad.

Nuestros alumnos aprenden solo si les motiva y les gusta lo que están aprendiendo, sino, no atenderán en clase. Deberíamos cambiar este método, ya que se reduciría notablemente el porcentaje de fracaso escolar.

Deberíamos dar un uso mucho más didáctico de la tecnología, trabajos manuales, artísticos y prácticos para enseñar a nuestro alumnado, antes que hacer el uso del aprendizaje teórico a todas horas, de hacer que asimilen párrafos interminables de información que se les acabará olvidando al poco tiempo, y que además creará un clima de insatisfacción y aburrimiento en el aula. Esto ocurre también porque los niños y jóvenes de hoy en día están inmersos en las nuevas tecnologías, y por ello deberíamos aprovechar este uso de las tecnologías. A causa de esta situación, nuestro sistema educativo actual se encuentra anticuado.

Hoy en día se le resta importancia a carreras y profesiones más artísticas, tales como el baile, la música o el arte. Se les dice a los jóvenes que no lo estudien, que lo que buscan: “No tiene salida”, “la música no va a ninguna parte”, “es difícil triunfar como músico o como artista”… Aquí es donde se comienza a quitar importancia a las habilidades innatas de los jóvenes, cuando en realidad se debería sacar partido a estas habilidades. Esto crea frustración entre el alumnado, ya que no hacen lo que quieren, sino lo que se les obliga, lo que hace que no tengan ningún interés por aprender.

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