Hasta ahora hemos visto como abrir una imagen para tratarla en Photoshop, y a guardarla en cualquiera de los estados en los que se encuentre en cualquier momento. Pero ahora aprenderemos algo más esencial, esto es, realizar un documento en blanco desde el que crearemos una imagen a partir de cero, bien sea añadiendo recortes o imágenes completas desde otros archivos o introduciendo objetos propios como texto o formas por ejemplo.
Para llevar a cabo esto una vez inicializado el programa, haremos clic en Archivo-Nuevo para que aparezca el cuadro de diálogo de Nuevo Documento de Photoshop. Desde esta ventana vamos a configurar el documento que vamos a crear, definiendo sus características básicas, como son el tamaño, la resolución y el color de fondo, entre otras.
En principio, si conocemos el tamaño final que queremos que tenga la imagen, podemos definir su tamaño introduciendo la altura y anchura deseadas directamente. Observa que puedes cambiar las unidades con las que se mide el lienzo (el área de la imagen) y medirlas en centímetros, útil para imágenes fotográficas, o en píxeles, más recomendado para imágenes destinadas a la publicación en Internet.
Un píxel es la unidad más pequeña en la que se puede descomponer una imagen digital, a cada píxel le corresponde un color, y así, píxel a píxel se va formando la imagen total.
Imagina una imagen formada por millones de cuadraditos diminutos. A simple vista la imagen con un zoom real (al 100%) parece normal, pero si aumentamos el zoom podemos ver la imagen cada vez más «cuadriculada». Esto es debido a que al acercarnos cada vez más vamos viendo los píxeles de más cerca.
Si aumentamos el zoom al máximo veremos que la imagen está formada por cuadrados de colores, que en conjunto forman la imagen. Estos cuadrados son los píxeles.